Nuestra escuela tiene como meta fundamental desarrollar integralmente a la persona desde una concepción cristiana de la vida y del mundo.

Ofrecer como colegio católico al servicio de la maduración de los niños y jóvenes, mediante la entrega de los educadores, la creación de un ambiente de fraternidad y apertura a todos, especialmente a los más necesitados.

Integrar como servicio educativo en su medio sociocultural y ofrecerse a la sociedad como una comunidad en la que todos sean aceptados, puedan dialogar y ser corresponsables.

 Anunciar explícitamente el mensaje de Jesús sobre el Reino de Dios y procurar que este Reino se haga realidad en la comunidad propia.

Participar como colegio cristiano, activamente en la misión evangelizadora de la Iglesia.

 Cultivar la educación moral de los alumnos en la triple dimensión personal, comunitaria y social. Orientar esta educación enraizada en el Evangelio promoviendo la fraternidad, la solidaridad, la justicia y el compromiso.

 Educar para la formación de valores éticos como la responsabilidad, la verdad, la paz y la profesionalidad.

 Promover la educación para la libertad, fomentando el respeto a la libertad de los demás y favoreciendo el proceso de liberación interior.

 Desarrollar progresivamente el sentido crítico de los alumnos respecto de la realidad social, cultural y científica.

Proyectar más allá de la actividad académica y potenciar el uso formativo del tiempo libre, la práctica del deporte y la organización de grupos y asociaciones.